La sentencia, emitida el 14 de abril de 2025 por el Tribunal de Sentencia Nº 5, integrado por los magistrados Gloria Vera, Margarita Martínez y Hernán Duarte,

El Ministerio Público, representado por la agente fiscal Rocío Celeste González, logró que la Sala Penal de la Cámara de Apelaciones de la Circunscripción Judicial de Alto Paraná confirmara la condena de 10 años de pena privativa de libertad impuesta en primera instancia a un hombre por abuso sexual en niños.

La sentencia, emitida el 14 de abril de 2025 por el Tribunal de Sentencia Nº 5, integrado por los magistrados Gloria Vera, Margarita Martínez y Hernán Duarte, fue objeto de recurso de apelación por parte de la defensa técnica del condenado. Tras la debida contestación por parte del Ministerio Público, la Cámara de Apelaciones, conformada por los magistrados Marino Méndez, María de Fátima Burró y Alba Meza, confirmó la condena inicial, por lo tanto, el ahora condenado deberá cumplir la pena carcelaria impuesta.

Según los antecedentes, la investigación se inició a raíz de una denuncia presentada el 24 de abril de 2019 por el padre biológico de la víctima. La denuncia originalmente se refería a la exposición a peligro vida e integridad física de la adolescente en el barrio San Miguel de Santa Rita, sindicando como autores al padrastro y a la madre.

Conforme a los testimonios y elementos de prueba producidos durante el juicio oral y público, la menor relató que su padrastro la despertaba y la obligaba a acompañarlo a una chacra distante de la vivienda con el pretexto de buscar choclo. Encontrándose a solas, la sujetaba y la besaba a la fuerza. La víctima manifestó que estos episodios se repitieron en varias ocasiones y que, por temor, nunca confesó lo sucedido a su madre, temiendo no ser creída o incluso ser culpada de haber provocado la situación.

La Fiscalía acreditó que los hechos de abuso sexual ocurrieron de manera sistemática. Durante el debate, se reprodujo el informe psicológico elaborado en la época en que la víctima tenía 13 años, y se contó con la declaración testifical de una profesional psicóloga, quien corroboró la existencia de secuelas psicológicas en la víctima, compatibles con eventos traumáticos y haber sido objeto de violencia sexual.

A pesar de los intentos de la defensa de desacreditar la versión de la víctima, argumentando manipulación por parte del padre biológico y una tía, y señalando una supuesta retractación, el Tribunal valoró los elementos producidos por el Ministerio Público sobre la existencia del hecho punible y la participación del acusado. De esa manera, la Fiscalía obtuvo la condena de 10 años de pena privativa de libertad y la posterior confirmación del fallo por parte de la Cámara de Apelaciones.

El nombre del condenado se omite con el fin de proteger la identidad de la víctima, en cumplimiento de las disposiciones del Código de la Niñez y la Adolescencia, considerando que los abusos ocurrieron cuando la misma era aún menor de edad.